A pesar de que los dispositivos de
captura de video fueron desarrollados
con mucha anterioridad
a las cámaras fotográficas digitales,
estas últimas se expandieron con más facilidad.
Esto se debió, en gran medida, a
los pocos recursos necesarios para bajar
las fotografías a la PC. Los videos digitales
no tuvieron la misma suerte, ya que,
si bien existía la posibilidad de realizar digitalizaciones,
las computadoras hogareñas
no solían contar con la capacidad para
procesarlos correctamente. Además,
la puesta en marcha de un dispositivo de
captura de video (con todas las consideraciones
en torno a la configuración) no
era algo simple de hacer para un usuario
común. Hoy en día estamos ante una
situación distinta. No sólo tenemos la posibilidad
de capturar videos desde dispositivos
más económicos (las propias cámaras
fotográficas o teléfonos celulares),
sino que también las computadoras son
más potentes e incorporan alternativas
más prácticas en el momento de realizar
la transferencia.
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